Deflación destruye al Dolar?
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Este es el mayor temor de Ben Bernanke. Leí su libro Ensayos sobre la Gran Depresión, así como varios de sus discursos y, por lo general, cuando le es algo del trabajo de Bernanke te quedas con impresión de que si llegamos a sufrir una deflación, no durará mucho.
Entonces, ¿por qué la Fed teme tanto a una deflación? Porque un sistema monetario sustentado en pagarés conlleva el riesgo inherente de una absoluta y completa implosión. Para encontrar la respuesta, sólo necesitamos estudiar nuestra propia historia, la Gran Depresión.
En una deflación, la deuda se puede volver insoportable. En palabras del mismo Ben Bernanke: “la seriedad del problema durante la Gran Depresion no sólo se debió a su alcance, sino también a la enorme y amplísima expansión de la deuda interna en la década de los 20″.
Funciona así: digamos que, mes a mes, su ingreso es de $100 y que los pagos de tu deuda ascienden a 40 ( pagos hipotecarios, automóvil y tarjeta de crédito). Te quedan entonces, $60. Con 50 puedes pagar servicios, seguro, alimentos y gasolina, y te quedan días libres para salir a cenar e ir al cine. La vida se ve bastante bien.
Pero en una deflación casi todo entra en declive, incluyendo los salarios, precios, Producto Interno Bruto, el suministro económico y, lo más importante para ti, tus ingresos. En la gran depresión el ingreso nominal cayó 53%. Para retomar el ejemplo anterior, ahora tus ingresos serían de $47 en lugar de 100. Estarás pensando: “Aja, pero, ¿qué nos caen también los precios y, entonces, mi poder adquisitivo sigue igual?” Bien, pues sí y no. A pesar de que los precios caen para equipararse con los ingresos, no sucede lo mismo con la deuda. La deuda es nominal, lo cual significa que tiene un número fijo. Así que los pagos de su deuda siguen siendo de $40 del ingreso ahora es de 47. Ya te puedes olvidar de la película, de la gasolina y de tu seguro… hasta te puedes olvidar de pagar servicios porque, después de pagar la deuda, que quedarán sólo siete dólares, y los vas a necesitar para comer.
Ahora tienes que vender la casa, pero todavía debes 5000 por ella. Entonces descubres que la casa sólo vale $2000. Te quedas parado y sin dar crédito, mientras rematan tu casa, te embargan el lago, subastan tus muebles y el juez distribuye tus ahorros entre tus acreedores. Después de trabajar toda la vida, he has quedado sin nada y en la calle.
cuando el mercado de valores colapso en 1929, se encogió el Producto Interno Bruto por lo que, a pesar de que nadie adquirió más compromisos económicos, la deuda creció de 180 a 280% en proporción al PIB, mientras que la economía se deslizó hacia las profundidades de la gran depresión en unos cuantos años.
Luego, entre 1933 y 1937 se desplomaron los niveles de deuda, en tanto que el PIB sólo tuvo un ligero crecimiento. En términos humanos, la línea de desplome tuvo repercusiones como la pérdida de la granja familiar que había sido heredada de generación en generación. Ésa línea que caen de 1933 a 1937, en la estadística representa remates, bancarrotas y la liquidación de créditos mal estructurados cero, más allá de las estadísticas, se pueden encontrar los seres humanos de carne y hueso que vieron cómo sus vidas quedaban destruidas.
Esa enorme contracción del suministro de divisas sucedió en un momento en el que nuestro sistema monetario estaba sustentado por dinero real: oro y plata que no se podían evaporar en el aire. ¿Qué sucedería ahora que nuestro sistema monetario no es nada más que pagarés? Un pagaré es sólo tiene valor si el prestatario tiene la capacidad de pagarlo. Tal vez ya notaste que nuestros niveles de deuda en la actualidad, en proporción con el PIB, se encuentran por encima de los niveles históricos que alcanzaron en la gran depresión. De hecho, en este preciso momento representan 350% del ingreso nacional. Ésa cifra hace que el 180% con el que iniciamos en 1929 se sienta cálido y acolchonadito.
Recuerda que en una deflación, el gobierno sufre el mismo problema de deuda fija e ingreso decreciente( me refiero a los ingresos fiscales) que aflige a la población. Y de la misma forma que sucede con las grandes masas o más lo conduce a la insolvencia.
En su famoso discurso: “deflación: asegurándonos que eso no suceda aquí”, Ben Bernanke mencionó la posibilidad de dejar caer dinero desde helicópteros. En ese discurso reveló hasta qué punto está dispuesto a llegar la Fed para prevenir la deflación. Su solución es seguir arrojando más y más divisas, no dinero, al problema. En su discurso también habló sobre la posibilidad de disminuir las tasas de interés hasta 0%.
¿por qué estoy invirtiendo tanto tiempo en los problemas económicos, el déficit, los desequilibrios comerciales, los pasivos sin fondo y las declaraciones de Ben Bernanke? Porque el impacto que van a tener en el oro y la plata serán inmensos y porque son los factores más importantes en el camino hacia la próxima transferencia de riqueza. Así que, si quieres entender por qué el valor del oro y la plata deben subir y porque la transferencia de riqueza será tan apabullante, entonces necesitas tener una visión global de los problemas y de los débiles esfuerzos del gobierno por resolverlos.
Las soluciones potenciales de Ben Bernanke y de la Fed para resolver la deflación son de gran importancia. Revelan cuán aterrados están frente a esta amenaza y que están lejos están dispuestos a llegar para prevenir la. En un solo párrafo he resumido los puntos esenciales de uno de los discursos de Bernanke sobre la forma en que la Fed crearía divisas y las inyectaría en la economía. Hagamos un análisis más detallado.
La propuesta de la Reserva Federal de ampliar la base para enfrentar la inflación incluye la inyección de dinero en la economía por medio de la compra de activos. Para evitar la deflación, la Fed debe expandir la escala de sus compras de activos o, de ser posible, extender la variedad de activos que adquiera por ejemplo, garantías con respaldo hipotecario, bonos corporativos, documentos comerciales, préstamos bancarios, hipotecas, deuda gubernamental extranjera, deuda gubernamental interna. La Fed deja como una posibilidad la opción de un recorte fiscal de base amplia, apoyado por un programa de adquisiciones del mercado libre.
Sólo tenemos que soslayar la inmoralidad de una corporación privada ( que eso es la Fed, en realidad), que no pertenece a ningún gobierno y que tiene la autoridad para adquirir buena parte de los activos del mundo con divisas producidas de la nada. Pero, andado el hecho de que la Fed estaría comprometida y determinada a evitar la deflación sin importar las consecuencias, si ésta llegara a ocurrir, lo más probable es que duraría poco tiempo.¿cuál sería su impacto en el oro y la plata?
Como lo verás en los próximos capítulos, en una declaración el oro puede producir enormes ganancias en términos de poder adquisitivo. De hecho, algunas de las mejores inversiones de la depresión fueron en acciones de extracción minera de oro. Sin embargo en esta ocasión las cosas son muy diferentes. En la gran depresión, el oro y la plata conformaban la base de los sistemas monetarios de todo el mundo; ahora no le pertenecen a ningún país, son divisas que se comercian por separado. Los bancos centrales del mundo están fabricando divisas frenéticamente. Lo hacen comprando sus deudas entre ellos y lo hacen para evitar la deflación. Y mientras tanto, el oro y la plata continúan siendo las únicas divisas que no pueden imprimirse.
Además, en esta ocasión las economías nacionales ya no son islas separadas, la gran depresión. Ahora son globales y la inversión internacional es uno de sus componentes de mayor importancia. Y, finalmente, ahora las noticias y el comercio llegan a cualquier lugar del planeta a la velocidad de la luz.
Por lo tanto, si la deflación se apodera de nuestro país, los inversionistas verán cómo se desacelera la economía estadounidense y las ganancias corporativas se convierten en pérdidas, mientras el endeudamiento de la mayor parte de las compañías estadounidenses se vuelven su contra. Entonces, los inversionistas extranjeros venderán sus inversiones estadounidenses. Cuando hayan vendido sus activos denominados en dólares, entonces tendrán que cambiar esos dólares a su propia divisa. Para eso tendrán que vender dólares y comprar su divisa, esto ocasionaría que cayera el índice del dólar y que los metales preciosos se dispararan.
Pero, ¿qué pasa con los bonos de Estados Unidos cerrar sin la interrogación, abrir sin interrogación acaso no les va bien a los bonos en una deflación? Por lo general si. Pero las condiciones económicas que enfrenta el mundo ahora no son normales. En el escenario de una deflación, la base de recaudación se encoge dramáticamente. En la actualidad, Estados Unidos está muy abrumado con la deuda y su gasto deficitario se ha vuelto loco. Tanto la pérdida de ingresos por impuestos, junto con el hecho de que todo el mundo sabe que la Fed tratará de imprimir las divisas necesarias para escapar de la deflación, ocasionarían que las agencias de calificación de crédito más importantes descalificaran la deuda pendiente de Estados Unidos, de hecho, los inversionistas extranjeros ni siquiera tienen que vender su deuda estadounidense para lograr que nuestro país quede en imposibilidad de pagar. Lo único que tienen que hacer es dejar de comprar.
En el corto plazo, los inversionistas podrían correr a esconderse al lugar que les han enseñado y, como un arco reflejo, adquirir bonos de estados unidos. Pero piénsalo bien: ¿le prestarias a un tipo todos los ahorros de tu vida y tomarías sus pagarés, sabiendo que el individuo te está prometiendo una tasa de intereses que equivale a la mitad de la tasa real de la inflación? ¿Le prestarias sabiendo que ha pedido dinero prestado a todo mundo durante 70 años y que durante la mayor parte de ese tiempo, ha gastado mucho más de lo que le han prestado? Sospecho que no.
En este caso, el individuo es el gobierno de Estados Unidos. La última vez que pudo pagar más de lo que había pedido prestado fue hace 47 años ahora ya debe el equivalente a más de cinco veces su ingreso anual por impuestos. Ha prometido a todos que les entregarían bienes y servicios por el equivalente a más de 20 veces su ingreso anual, y todo a pesar de que no tiene ni un quinto a su nombre.
Si un inversionista deseara anclar su portafolio de manera segura, a pesar de las enormes preocupaciones deflacionarias, si existirían unas cuantas opciones de inversión. Los metales preciosos serían uno de esos puertos seguros porque, como lo mencioné antes, son la única divisa que no se puede imprimir por decreto gubernamental. Cuando los inversionistas comiencen a vender sus activos denominados por divisas estadounidenses, lo cual promovería la devaluación del dólar, y empiecen a mover estos activos hacia los metales preciosos, el precio tendría que subir. Es el puro y sencillo concepto de la oferta y la demanda. Sólo hay una cantidad limitada de oro y plata, y entre más demanda exista, más se incrementará su valor.